En Ingrama entendemos la calidad como un compromiso global, no sólo para asegurar la satisfacción de nuestros clientes sino también para contribuir a mejorar la sociedad que nos acoge. Por eso, trabajamos día a día para que nuestros vecinos no sufran las consecuencias de nuestra actividad industrial. Plantamos árboles en nuestras zonas de influencia, recuperamos nuestros propios residuos y les damos nueva utilidad, incorporamos en plantilla a personas discapacitadas y prestamos ayuda a la escolarización de los hijos de nuestros empleados. Nuestros sistemas de control de calidad nos han hecho merecedores de múltiples certificaciones.